lunes, 1 de noviembre de 2010

Gracias Flaco, ahora nos toca a nosotros

Estuve meditando si escribir esta reflexión en caliente o esperar a que pase el dolor ante esta situación, pero no es mi estilo el buscar mantenerme ajeno o mostrarme tranquilo o displicente ante situaciones tan delicadas. Características como ésta son las que me obligan a acompañar procesos populares y a gritar todos los días que soy peronista, son las mismas características que me impiden separarme del kirchnerismo viendo a tanto boludo suelto, a tanto hijo de puta más que presente, porque con sus defectos, que no dejan opacar sus enormes virtudes, es el mejor gobierno que tuvimos desde aquella experiencia única en el mundo que se dio entre 1945 y 1955.

Pero entre tanta alegría hoy nos toca llorar, se fue el mejor soldado, el jugador de toda la cancha, y ahora hasta los que se mostraban más reacios a apoyar el proyecto tienen miedo, están angustiados, sienten un dolor en el pecho que difícilmente se vaya. En la gente veo mucha incredulidad, a mi todavía no me cayó la ficha. Ahora llegó el verdadero miedo que tanto trató de instalar hasta el cansancio la prensa cipaya, porque siempre están los buitres agazapados, algunos que parecían extintos, otros que siguiendo algún consejo sensato dejaron de decir tantas pelotudeces y se borraron unos meses, los últimos, que tienen mucha guita en juego, aquellos que pensábamos neutralizados ante tanta gente en las calles, en estos días se volverán a reagrupar, se juntaran a brindar y a trazar numerosos caminos al poder tumbando todas las conquistas que se lograron todos estos años, conquistas que se lograron contra viento y marea. Tan fuerte es lo que logró formar este tipo que sus enemigos tuvieron que acudir a traiciones para intentar bajarlo. Yo tuve la suerte de vivir todas estas conquistas, de ver como la cosa mejoraba y mejora día a día, y hoy tengo el goce y la responsabilidad de militar y de luchar por todo esto que se viene logrando desde 2003. Hoy tengo el privilegio de ver mi visión de la historia en boca de cada vez más reproductores, visión que antes se encontraba reprimida o banalizada, hoy me maravillo viendo como muchos de los héroes que han transitado siempre por esta vereda en la historia argentina son recordados y pensados y no quedan limitados a parrafitos mentirosos de manual, hoy puedo ver como sus banderas no son humilladas como en otras épocas, sino que son llevadas a la victoria. Hoy tengo la tranquilidad de ver a los pibes comiendo, yendo a la escuela, a los abuelos sin caras largas cuando salen de cobrar la jubilación, a la gente con más laburo, por supuesto que falta mucho, pero nunca es suficiente. Tengo la alegría de ver que lo que debe ser del país va volviendo a manos del país, pero las mineras…, por supuesto que están, ¿las vamos a sacar con dos carpas en 9 de Julio?, no, las vamos a sacar todos juntos, tirando para adelante. Este flaco nos devolvió la posibilidad de plantear todas estas cosas, nos devolvió la organización que estaba perdida, nos devolvió la juventud en las calles. Por todo esto te voy a estar profundamente agradecido, pero si hay algo que realmente me llena de todo esto que nos diste es ver a tanto hijo de puta totalmente desesperado, tremendo quilombo empezaste Pingüino, tremendo quilombo vamos a seguir haciendo los pibes.

Esto que nos pasó no me hace más que pensar que este país está condenado a la desgracia y que sólo unos pocos en la historia se calentaron por revertir este destino penoso que parece estar preestablecido para el sur de nuestro continente. Néstor fue uno de esos, junto con el General, junto con Eva. Cristina está dentro de esos pocos. Hoy estamos llorando, pero debemos ser fuertes a la vez, soportar lo que se viene, porque los embates van a venir y peor que nunca. Por eso tenemos que bancar a esta mina de fierro hasta la muerte, hoy no queda otra que profundizar y eso lo vamos a hacer con la gente en las calles, hagamos que la obra supere al hombre que perdimos, y hoy el dolor nos demuestra qué ser tan grande hemos perdido. Llevemos su nombre como bandera a la victoria .


Mariano, de la UES del Nacional Buenos Aires

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