martes, 8 de junio de 2010

NUEVA LEY DE SERVICIOS DE COMUNICACIÓN AUDIOVISUAL

Seguramente muchos de ustedes habrán escuchado hablar de la ley de radiodifusión o de servicios de comunicación audiovisual aprobada por el Congreso en 2009. La ley de radiodifusión es una de las dos que seguían vigentes desde la última dictadura militar, sometiendo ciertas cuestiones relacionadas con los medios de comunicación al control de organismos militares, primera razón por la que resultaba fundamental someterla a severas modificaciones.
Esta nueva ley fue y es criticada desde diversos sectores del periodismo, siendo calificada como “ley de control K”, “ley K de control de medios”, “cepo K” y otras lindezas semejantes, y recibiendo otras descalificaciones totalmente infundadas, pero a la vez comprensibles si se tienen en cuenta las siguientes consideraciones:
La tarea de informar requiere de una gran responsabilidad. Es necesario acudir a una gran variedad de fuentes en relación con el tema que se quiere abordar a la hora de escribir una noticia o una editorial con el objeto de formar una opinión sólida y bien fundamentada. Pero hay veces que esta valoración personal que realiza el periodista busca trascender los límites de la subjetividad y es presentada como la verdad inquebrantable. Esta situación se da porque influyen intereses tanto personales como económicos a la hora de transmitir información.
La nueva ley atenta contra el monopolio de la información, en manos de los famosos multimedios, es decir “empresas periodísticas”, que, como bien dice Don Arturo Jauretche en su “Manual de Zonceras Argentinas”, son primero empresas, es decir, realizan un negocio tanto con la información que transmiten, totalmente arbitraria y selectiva, como con la manera en que lo hacen. Es por esta razón que cada vez nos resulta más habitual ver a varios periodistas de un mismo medio de comunicación que levanta las banderas del “periodismo independiente” repetir una y otra vez una misma línea editorial en defensa de ese multimedio y muchas veces atentando contra la voluntad popular, sin el más mínimo pudor, ya que en su tarea influyen intereses económicos, entonces los medios de comunicación dejan de ser medios y pasan a ser fines. Cuando sacrifica la búsqueda de la imparcialidad por defender los intereses de la empresa a la cual pertenece, el “periodismo independiente” ya no tiene nada ni de periodismo ni de independiente.
Esta tergiversación que se realiza hoy en día de las noticias influye a tal punto en la opinión y en la vida de los ciudadanos que puede resultar catastrófica. Los grandes multimedios sacan rédito de la falta de interés que aqueja hoy al pueblo argentino. Las políticas neoliberales, destructoras de la educación, llevadas a cabo durante la última dictadura militar y la década del 90’ nos han vuelto seres sino magramente formados, cada vez más técnicos, desinteresados de la realidad nacional y alienados en la idea de que nuestra evolución como seres humanos esta íntimamente ligada al desarrollo económico. Este consumismo se manifiesta también en la manera de adquirir información. ¿Cuántas personas se guían solamente por los encabezados de los diarios? ¿Cuántos se consideran “bien informados” solo por ver los titulares que pasan cada media hora en los canales de noticias? El argentino no profundiza su conocimiento cualitativo, interesándose sólo por la cantidad de información que pueda llegar a adquirir.
La nueva ley de radiodifusión busca defender el derecho de la población a estar bien informada, garantizando el fin del monopolio mediático y así posibilitando la pluralidad de voces. Si nos mantenemos ignorantes, somos fácilmente manipulables en pos de los intereses de los grandes grupos comerciales, que son los únicos beneficiados con esta situación. Pero en cambio, si desarrollamos un pensamiento más crítico, producto de una mejor calidad de información, garantizada a través de este proyecto, seremos cada vez más independientes.


Algunas ventajas de la nueva ley de servicios de comunicación audiovisual

o SE GARANTIZA LA LIBERTAD DE EXPRESIÓN e información, a diferencia de la ley anterior que, por ejemplo, limita el contenido a cuestiones inherentes a la moral cristiana. Esto se logra rompiendo con los monopolios y oligopolios, que no sólo atentan contra la libre competencia económica, sino también contra la pluralidad de las opiniones.
o SE PROTEGE EL TRABAJO ARGENTINO Y LA PRODUCCIÓN NACIONAL. Se garantiza un 70% de producción nacional en radios y un 60% en televisión, alentando de esta manera el trabajo en el país, garantizando además una cuota de pantalla al cine local. Medidas de este tipo habían sido tomadas durante la primera presidencia de Juan Domingo Perón con resultados maravillosos. Se lanzaban 50 películas argentinas por año y el cine nacional se colocó entre los primeros a nivel mundial.
o Aumentan los contenidos tanto de desarrollo social como culturales, previendo la creación de señales públicas que difundan estos contenidos.
o Se permite el acceso a los medios de comunicación a entidades sin fines de lucro garantizándoles el 33% del espacio publicitario, además de otras libertades, a organizaciones no gubernamentales como fundaciones o mutuales.
o Se promueve la creación de contenidos tanto educativos como infantiles
o Se permite que las Universidades tengan emisoras sin restricciones ni obligación de ser sociedades comerciales.
o Está previsto un mecanismo de Audiencias Públicas cada 2 años para discutir sobre las Licencias otorgadas. Este NO ES UN MECANISMO DE CONTROL, sino que su objetivo es prever un mejor aprovechamiento de las tecnologías disponibles al momento de estas audiencias con el fin de garantizar un mejor servicio.
o Se mejora la calidad tanto humana como tecnológica en los servicios de comunicación, situación que es impulsada por el fin del monopolio.

Por todas sus ventajas y porque fue aprobada mayoritariamente por el Congreso Nacional es que debemos asegurar su plena vigencia, luchando así contra los trampas judiciales, antidemocráticas y antipopulares, último recurso de los monopolios.


“Deseo que todos sepan el bien para alegrarse, y el mal para remediarlo, si aman a su patria; así que nada oculto ni ocultaré jamás.”
Manuel Belgrano



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